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Queridas mías,

Hoy me siento para recomendaros la peli que Rafa y yo vimos anoche en el cine: “Bajo la misma estrella”.

Ya habréis visto el anuncio en televisión, en el que adelantan parte de la historia de amor entre estos dos adolescentes: Hazel (Shailene Woodley) se encuentra en una lucha fatigosa y desmotivadora contra un cáncer de pulmón cuando conoce a Gus (Ansel Elgort), que vuelve a darle fuerzas y ganas de vivir… Estamos anestesiadas con la cantidad de “romances” y sucedáneos del amor que nos presentan a todas horas en series, pelis y revistas: “Perdona si te llamo amor”, “Tengo ganas de ti”, “Con derecho a roce”… Acabamos encontrando bonito y auténtico lo que sólo es egoísmo, interés, sentimentalismo, atracción física… No digo que todo eso no esté incluído en el “pack” del amor, pero desde luego que sólo eso se queda muy lejos de la esencia del “estar enamorado”.

En esta película, se dibuja la silueta del amor, y da gusto poder verlo con claridad como pocas veces nos lo presentan. Es un film, que sin ser de Oscar, se os quedará en la memoria por mucho tiempo. A pesar de tener un tema duro como es “la enfermedad” o “el temor a la muerte”, no resulta dramática, pues muestra una visión positiva y esperanzadora. A mí me ha hecho pensar y me encantó verla juntos, pues también da pie a volver a hablar de asuntos realmente importantes.

Como la confianza con vosotras es cada vez mayor, hoy también os comparto unas líneas (que no son mías) para reflexionar o rezar si pasáis por un mal momento, o si como yo, a veces os ponéis catastrofistas. Espero que os sirvan, si no hoy, algún día:

“Hemos de pensar en el mañana sin inquietud, sin esa zozobra que roe el corazón, que no resuelve absolutamente nada y que tan a menudo nos impide estar disponibles para lo que hemos de vivir en el instante presente. Hay que procurar no añadir al peso de hoy el de la angustia que nos inspira el futuro.

Mañana todavía no es y, si llega, será el día más bello que nunca pudimos soñar, porque lo ha preparado nuestro Padre Dios para que nos santifiquemos. Tu eres mi Dios y en tus manos están mis días.
El mañana nos traerá nuevas gracias y su carga no será más pesada que la de hoy. Cada día tiene su propio afán, su cruz y su gozo.”

Como siempre a vuestra “dispo”, un beso!