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¡Feliz día de la madre!

Hoy no dedico el post a ningún producto ni truco de belleza porque está científicamente comprobado que no hay mejor manera de verse radiante que a través de los ojos de un hijo.
Nosotras miramos a nuestras madres (y madrinas) con ojos embelesados, de admiración y vemos en ellas la belleza más auténtica: la del corazón. Vemos en sus arruguitas sus preocupaciones por nosotros, en sus canas los años de juventud que nos han dedicado y en sus sonrisas la paz que nos transmiten en una sóla palabra.

Ahora yo soy madre, y a pesar de mi juventud empiezo a darme cuenta de que ese “ser madre” es el papel más importante que voy a tener en mi vida. Yo los querré cada día de su vida, hagan lo que hagan y sean como sean. Y ver como te necesitan y como te quieren tus hijos te sube la autoestima de tal manera que eres consciente de que en el único sitio del mundo donde eres completamente imprescindible e irremplazable es en tu casa.

Por eso, a todas las mamás, a mi mamá y a mi madrina les dedico este post en el que también presumo de regalitos…aunque los mejores regalos de mi vida tienen nombre y apellidos: Rafa Valdés, Julia Valdes y Rafalete Valdés!!
Un beso gigantesco!!